martes, 31 de octubre de 2017

El verbo del pequeño no es más que la gota que faltaba para hacer el mar (2014)

Desde la ventana el rumor intenso de la noche en Caracas perdió la voz entre la oscura locura de los que aprietan las vidas, algunas luces fugases pasaban por la autopista -se escuchaban explosiones- y el humo se olía en el ambiente. Los normales y cotidianos ruidos de la calle gritaban cacerolas y silencios. Era la primera vez en 42 años que veía transitar a la inversa por la autopista Francisco Fajardo. Cautelosos vehículos, con luces de emergencia, se los tragaba la memoria y quedaron grabados en este febrero de inciertos...

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Azul y madera en su cama espera, al huésped perdido que partió una mañana. Nostalgia colgada en recuadros que con sus figuras expresa 
aquellos bellos recuerdos del rostro de los ancianos.
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Extremo animal que te conquista en los matices lejanos de la melancolía, despierta figura del aquelarre que emplea piel en sus espumas flotantes, sobre el terreno nocturno de un día sin visión.
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El verbo del pequeño no es más que la gota que faltaba para hacer el mar. Contrastes imposibles, herradura puesta en tierra, marcando la propia huella de un simple pasado dado en la rayuela de la vida.
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Complejo sueño de la ausencia….
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Aquel artesano era mi padre cruzando el puente de la vida…
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Para mi padre (Marcial Oriol Barrios Ramírez)
QEPD 13/02/2013

Lento, lento, lento
Respiraste lento
Lento, lento, lento
Fue tu último aliento

En la madrugada
Cruzaste las orillas del tiempo
Caminos de neblinas
Que dejan los cuerpos muertos

Oh mi padre eterno
Oh mi padre amigo
Oh mi padre amado
Cuida de nosotros
Amen